Paul Tillich rescata filosóficamente el concepto de coraje por ser el lugar en dónde los problemas teológicos, sociales y filosóficos convergen de una manera más radical existencialmente.
“El coraje es una realidad ética, pero está enraizada en toda la amplitud de la existencia humana y, últimamente, en la estructura de ser uno mismo. Debe de ser considerado ontológicamente de manera que pueda ser comprendido éticamente”.
“La pregunta ética sobre la naturaleza del coraje nos lleva ineludiblemente a la cuestión ontológica por la naturaleza del ser, e inversamente”.
“El coraje nos puede mostrar lo que el ser es; y ser nos puede mostrar lo que el coraje es”.
“El coraje de existir es el acto ético en que el hombre afirma su propio ser a pesar de aquellos elementos de su existencia que entran en conflicto con su propia afirmación esencial”.
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