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Nuestras vidas no valen gran cosa y sin embargo el amor hace que valgan: Pourtant quelqu’un m’a dit…



Carla Bruni, ya no es Carla Bruni sino Madame Sarkozy; quizá tampoco sea la más grande de las cantantes, pero, su voz es original. e inconfundible, y "Pourtant quelqu ´un m-´a dit..." es una maravillosa canción de amor,. y al mismo tiempo de desamor, un amor nostálgico, frustrado pero recordado, que sorprende por su tenacidad frente al tiempo y el olvido, un amor fracasado que se resiste a morir, que no se realiza ni se logra, pero que no desfallece ni se avergüenza; sólo la voz y la imagen de Carla pueden cantar esa canción.El amor que se resiste a la burla del Tiempo que con nuestras penas se hace un abrigo...El amor, la vida y el tiempo que pasa

On me dit que nos vies ne valent pas grand chose, Elles passent en un instant comme fanent les roses On me dit que le temps qui glisse est un salaud Que de nos tristesses il s’en fait des manteaux, Pourtant quelqu’un m’a dit que… Me dicen que nuestras vidas no valen gran cosa, que pasan en un instante, igual que las rosas se marchitan, Me dicen que el tiempo se desliza, y es un canalla que con nuestras tristezas se hace una capa

Sin embargo alguien me ha dicho que tú todavía me amas… ¿Será posible…?


Hermenéutica del amor. El tiempo pasa, escapa entre nuestros dedos, marchita nuestras vidas…, nos hace dudar de nuestro propio valor, y sin embargo alguien me ha dicho me me amas todavía. Ah¡ contra todo pronóstico el amor puede descubrirse o reinventarse de una manera inesperada y redimirnos de la soledad, la tristeza y el olvido.

El poder redentor del amor se cifra en esa capacidad que tiene para darnos valor y permitirnos tener confianza en nosotros mismos, nos rescata de la indiferencia con la que nos considera el mundo y nos abre un lugar al calor y el reconocimiento. Sólo somos –como seres humanos- en la medida en que somos amados. El amor nos da oxígeno y nos nutre psíquicamente. Si ese amor que nos acogió al nacer, nos arropó, nos nutrió, sin esos ojos que nos miraron afectuosamente, sin esas manos que nos acariciaron hubiéramos perecido. Si cuando fuimos adolescentes, no hubiéramos encontrado la amistad de nuestros iguales nos hubiéramos despreciado a nosotros mismos, si en la juventud no hubiéramos sido besados y abrazados, si no hubiéramos besado o abrazado, el corazón se nos hubiera helado.

Somos seres racionales, es cierto, nuestra condición existencial nos exige saber a qué atenernos, aspiramos de lo oscuro a lo claro, pero previamente a nuestra razón somos seres afectivos y amorosos, necesitamos como el agua y el aire, el amor que nos alimenta. En cuanto cubrimos nuestras necesidades básicas de alimento y abrigo, necesitamos imperativamente amar y ser amados. No es una opción entre otras, sin ese amor morimos psíquicamente.

Los neurólogos tienden a reducir la poética del amor con una sencilla explicación que relaciona la atracción sexual con el nivel de testosterona en el el córtex cingulado anterior. La atracción sexual selectiva, pasión amorosa o enamoramiento, estaría regulada por la dopamina en los circuitos cerebrales del placer.

Recientes estudios en neurociencia indican al parecer que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y produciendo efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación.

Otra sustancia que el cerebro libera en estado de enamoramiento es la feniletilamina, que actúa sobre el sistema límbico y provoca un típico sentimiento estimulante que es antidepresivo. Curiosamente la feniletilamina puede encontrarse también en alimentos como el chocolate y quesos fermentados.

El amor tiene edades y también el matrimonio tendría su propia explicación hormonal: el compromiso, el cariño o apego, lazo afectivo de larga duración que se añaden al enamoramiento inicial y permiten la continuidad del vínculo entre la pareja, estaría regulado por la oxitocina y la vasopresina.

A mi juicio todas esas referencias hormonales son una explicación de los efectos pero no de la causa, no desentrañan el misterio, sólo explican el "cómo" se manifiesta, explica lo que ya sabemos pero no nos aclaran lo sustancial. Quién y por qué.

Prefiero las explicaciones de Carla Bruni.

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