Nuestra Señora de Kazán.
La Iglesia ortodoxa —ortodoxia significa "verdadera"— y la Iglesia católica, —católica significa universal— se separaron en el llamado "Cisma de Oriente y Occidente", el 16 de julio de 1054, lo que se escenificó con la ruptura entre el Obispo de Roma y el Patriarca de Costantinopla. La iglesia ortodoxa de Constantinopla difundió el cristianismo ortodoxo por Europa Oriental gracias al prestigio del Imperio bizantino y a la labor de numerosos grupos misioneros. El Príncipe Vladimir de Moscú fue el gran valedor de la ortodoxia rusa. La iglesia ortodoxa es famosa por la belleza de sus cánticos y recitaciones así como por la riqueza de su liturgia y su sentido intimista y devocional del culto religioso.
Nuestra Señora de Kazán es una pequeña iglesia ortodoxa ubicada en una esquina de la Plaza Roja, en el otro extremo de la gran iglesia de San Basilio.
Fue construida en 1636 por la familia imperial rusa en conmemoración de una victoria militar sobre las tropas polaco-lituanas en 1612. En realidad, lo que hicieron fue reconstruir una iglesia de madera ya existente en el lugar, desde entonces sufrió modificaciones diversas modificaciones. No confundir con la gran basílica del mismo nombre en San Petesburgo construida imitando a San Pedro de Roma. Durante el período comunista según el Plan General de Reconstrucción de Moscú la iglesia fue destruida precisamente, cuando el templo cumplía su tercer siglo de vida, en el año 1936.
En 1994, concretamente el día 4 de noviembre, fiesta de Nuestra señora de Kazan, cuando tras un largo proceso de reconstrucción vuelven a abrirse las puertas de la Iglesia para la oración y las visitas.
Extracto de la novela As de Espadas.
”Se dirigieron a la pequeña iglesia en la esquina de la calle Nikolskaya, junto a las puertas de la plaza. Había comenzado el culto ortodoxo de vísperas. Nada más entrar uno de los asistentes le indicó que debía descubrirse la cabeza y obedientemente lo hizo. La iglesia, de planta cuadrada, estaba rodeada por un pasillo con ventanas al exterior que recorría el perímetro en torno al espacio consagrado del templo, al que se accedía por tres puertas, una central y dos laterales. En los corredores laterales los feligreses escribían ruegos y peticiones en unos pequeños papeles amarillentos que depositaban junto a los iconos de su devoción.”
Diccionario Abásolo
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