[Trump burlándose de un periodista crítico, que padece una minusvalía]
Con las elecciones primarias la carrera a la presidencia de los Estados Unidos ha comenzado con la eventual candidatura de un personaje con 91 procedimientos penales abiertos, por delitos graves, entre ellos haber alentado un asalto violento al Congreso para paralizar el proceso de traspaso de poderes, que todos vimos en directo.
[Trump. poniendo cara de malo en la foto que le hizo la policía de NY]
Las elecciones presidenciales se llaman con buenas razones «la carrera a la presidencia» y tiene en efecto algo de carrera de caballos, con todas las incidencia y marrullerías propias del caso. En primer lugar, la larga fase de Primarias, en las que de Estado en Estado los dos grande partidos el Demócrata y el Republicano realizan sus Caucus entre los votantes registrados de su partido para designar al Candidato Republicano.
Eso les garantiza una larga e intensa atención mediática hasta el momento de la confrontación final entre los dos candidatos competidores. De momento el candidato Trump, a pesar de los 91 procedimientos penales que pesan sobre él, entre ellos la de incitación al asalto del Capitolio que provocó 9 muertes, hasta fraude fiscal para ocultar sus relaciones con una prostituta, sustraer documentos Top Secret cuando dejó la casa blanca, y falsear valoraciones contables de sus inmuebles con ánimo de estafa. Una joya. Y luego nos compungimos, nosotros, de nuestra España de charanga y pandereta. Lo de Donald Trump es brutal. Nuestro Gil y Gil, que en paz descanse era un gentleman comparado con el candidato Donald. Con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, fuera de la carrera, la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, se enfrenta a Donald Trump como la candidata más respetable. Estados Unidos es desde luego un país extraño, en ningún país de Europa ningún candidato habría tenido el cuajo siquiera de proponerse como candidato con esa mochila de acusaciones y a la vista de todo lo que sabemos de su perfil político y de su oceánico narcisismo. La estrategia legal de Trump es retrasar los juicios para conseguir la nominación, planteando así un caso insólito en la historia de los Estados Unidos, apostando porque los tribunales dejen en suspenso los procedimientos y él mismo pueda indultarse como eventual futuro presidente. ¿Cómo fallará la Corte Suprema? Los jueces se enfrentan a una larga lista de casos que se abren camino en los tribunales de distrito y que pueden excluir a Trump de las elecciones de 2024. Hasta ahora, el tribunal aceptó escuchar los argumentos del caso Trump v. Anderson el 8 de febrero. El caso determinará si Colorado y Maine resuelven utilizar la 14ª Enmienda para excluir a Trump de sus elecciones primarias. El centro de este caso es si los tribunales consideran insurreccionales las acciones de Trump el 6 de enero de 2021. Su respuesta podría tener implicaciones para la acusación federal relativa al 6 de enero que presenta Jack Smith, que se presentará el 4 de marzo. ¿Quién será el candidato a vicepresidente de Trump?
Se rumorea que la congresista Elise Stefanik de Nueva York es una de las favoritas.
Los aliados de Trump lo instan a seleccionar una compañera de fórmula para hacerlo más aceptable para las votantes que huyen del Partido Republicano. Otros contendientes incluyen al senador Tim Scott, quien abandonó las primarias y respaldó a Trump temprano, y el senador J.D. Vance.
Trump será el candidato ideal para Joe Biden. Esperar y ver.
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